Si miras cuidadosamente la razón por la que estás enojado, es porque el pensamiento de que «Tengo razón» está en lo profundo de mi corazón.

No es la culpa de alguien, sino tuya. Tener el hábito de distinguir entre el bien y el mal en todas las cosas, enciende la ira en ti.

Ilustración de Maseol