El odio puede crecer hacia alguien a quien alguna vez amaste, no porque lo ames, sino porque esperabas que él también te amara.
Cuando miras el océano, te sientes feliz, no porque el océano también te ame, sino porque amas el océano.
Ama a alguien sin esperar nada a cambio de la misma manera que amas el océano.
Ilustración de Maseol